Queriendo salir de miradas de edificios altos, de un caminar sigiloso, cubriendo nuestras espaldas de enemigos con ojos vendados, de peligros silenciosos; escapando a un lugar húmedo, un lugar q su aire es limpio y aun fresco, no tan virgen pero se siente la tranquilidad de una parte del mundo, lo verde, el olor de una brisa tranquila va pasando por mi, atravesando mis sentidos con delicadeza; micromundos en mis pies, tratando de no interrumpir sus vidas, trato de seguir mi camino, una melodía en mis oídos acompaña mi caminar hasta un infinito azul con su música van danzando olas q de lo lejos llegan hasta los minúsculos puntos de arena en la playa, una belleza q jamás se borrara de mis pensamientos. Atravesando el medio de la selva con su dulce humedad llega a mí el sueño vivido de las almas perdidas de la monotonía diaria. Gracias a las dulces vibraciones q siempre me acompañaron en este dulce y cálido viaje casi q astral. Nunca olvidare ese sabor a dulce sal...
