Es la habilidad para recordar la que distingue al hombre. Somos la única especia preocupada por el pasado. Nuestras memorias nos dan voz. Atestiguan la historia, para que otros puedan aprender. Y así poder celebrar las victorias. Y estar advertidos de nuevos fracasos.
Hay muchas formas de definir nuestra frágil existencia, muchas formas de darle un significado. Pero es nuestra memoria la que forma su propósito y le da un contexto. El privado surtido de imágenes, miedos, amores y penas. Pero esto es la cruel ironía de la vida a la que estamos destinados a sostener en la oscuridad con la luz, el bien con el mal. Éxito con desilusión. Esto es lo que nos espera, lo que nos hace humanos. Y al final, tenemos que luchar para poder tenerlo también.
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